martes, 28 de marzo de 2017

Indrid Cold


En 1966, al mismo tiempo que la serie de asombrosas y terroríficas apariciones del llamado Mothman en Point Pleasant, West Virginia, también tuvieron lugar algunos encuentros perturbadores con una figura sonriente, no menos enigmática, que dijo llamarse Indrid Cold.

El 2 de noviembre, un vendedor de máquinas de coser, Woodrow Derenberger, se dirigía a su casa en las colinas de la carretera Interestatal 77 después de un largo día de trabajo, cuando de repente un vehículo extraño se dejó caer desde el cielo oscuro y aterrizó en la carretera frente a él con un estrépito tremendo.

El vehículo no se parecía a nada que Derenberger hubiera visto nunca antes. Lo describió como algo parecido a “…una antigua  lámpara de queroseno, brillando en ambos extremos, estrechándose hasta un pequeño cuello y luego ensanchándose con un gran bulto en el centro”.

Un sorprendido Derenberger clavó los frenos de su vieja camioneta y paró en seco. Ahí fue cuando las cosas empezaron a ponerse realmente extrañas… Una escotilla se abrió en el lado del vehículo misterioso y apareció un hombre alto de piel morena. El vendedor más tarde lo describiría con ojos “ligeramente alargados”, pero su atributo más notable fue una amplia sonrisa escalofriante, que Derenberger afirmó que podía ver centellear por los faros de su camión.  También su ropa era “muy brillante y tenía un efecto reluciente.”

Derenberger también afirmó que este hombre sonriente se comunicó telepáticamente con él, preguntándole una serie de extrañas cuestiones. Tras este extraño preámbulo, la entidad simplemente le dijo: “Mi nombre es Indrid Cold. Te visitaré de nuevo.”

Cold retornó entonces a su inusual vehículo, el cual, tan incomprensiblemente como había llegado, enfiló la autopista interestatal y se elevó hacia el cielo. A raíz de este encuentro salvaje, tanto Derenberger como otros residentes de Point Pleasant afirmaron haber tenido más encuentros con el famoso Indrid Cold.

Finalmente Derenberger revelaría que Cold le informó que era un extraterrestre del planeta Lanulos, que deseaba un contacto amistoso, y se encontraba en la galaxia de Ganímedes. Más tarde afirmaría que Cold lo había llevado a su planeta de origen, donde vio a personas vestidas de colores y las palabras escritas que observó en señales parecían de un estilo de escritura oriental. También se le dijo que la gente de Lanulos vivía hasta los 125 o 175 de nuestros años terrestres.

A Cold pronto le seguirían otros dos “hombres sonrientes” llamados Demo Hassan y Karl Ardo. La esposa de Derenberger incluso se reunió con ambos y pensaba que uno de ellos era de naturaleza maléfica. Aunque no pasaría mucho tiempo después de estos acontecimientos tras los que su esposa se divorciaría de él. Derenberger contaría sus experiencias en un libro: Los visitantes de Lanulos.

¿Quién era este extraño personaje?Según una fascinante teoría, Indrid Cold en particular (y en general los “hombres sonrientes”) podrían ser delegados de una especie de fuerza de policía paranormal, -o posiblemente intergaláctica-, que aparecería de forma espontánea en la zona de eventos anómalos con el fin de mantener la paz o simplemente para observar los acontecimientos según se desenvuelven.
O bien quizás el Mothman estaba siendo cazado por este Hombre Sonriente llamado Indrid Cold, quien habría sido enviado de lugares deconocidos para capturar a la bestia. Otra teoría dice que lo que sea que dejó entrar al Mothman, también trajo a este personaje al mundo y que cuando el Mothman desapareció, Cold también.

Otra hipótesis especula que Cold podría haber sido un representante del secretísimo grupo conocido como los Hombres de Negro, muchos de los cuales fueron supuestamente encontrados en toda la región durante los vuelos del Mothman.

Hay otra inquietante posibilidad señalada por John Keel, -involucrado en la investigación del Mothman y sus eventos relacionados-, quien notó que Derenberger describía al supuesto ovni del que bajara Indrid Cold como un gran camión. Keel creía probable que Derenberger hubiera sido drogado y que sufriera algún tipo de abducción militar secreta y que sin pensar se refiriera al ovni como un camión porque realmente era un camión, o que hubiera un camión relacionada con una aeronave secreta en su experiencia.

Keel creía que en efecto llevaron a Durenberger a una base física real en donde le harían algún tipo de representación o teatro, pero no estaba seguro de quiénes serían los responsables de la abducción, si alguna inteligencia militar o alguna raza humana escondida.

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